Fichas educativas

FICHAS EDUCATIVAS

Fichas de emociones.

Expresar las emociones resulta fundamental en la vida de los seres humanos. Sin embargo, tendemos a crecer y a vivir reprimiéndolas y no sacando hacia afuera aquello que deseamos, aquello que queremos, aquello que nos da miedo, aquello que nos hace sentir vergüenza, etc.

Son muchas las emociones que nos sacuden cada día, y reprimirlas conduce a no aprender a socializar con nuestro entorno y con nuestros semejantes de forma plena, ya que reprimiendo nuestra forma de sentir o nuestras inquietudes, nunca podremos mostrarnos al mundo como realmente somos.

Para ser fieles y auténticos con nosotros mismos, es bueno que desde pequeños tengamos constancia de la importancia que tiene aprender a expresarnos y a manejar y controlar nuestras emociones debidamente. Trabajar con todos estos aspectos en la infancia, seguro que nos liberará de muchos temores e inquietudes en el futuro facilitándonos la vida en gran manera. Al aprender cosas como que llorar no es malo, 

que ser felices es increíblemente bueno pero que no siempre puede ser, que ser amigables nos convierte en personas muy interesantes y positivas, que tener vergüenza es normal pero que ésta nunca debe dominarnos ni adueñarse de nuestra vida o de nuestras decisiones…habremos logrado un mundo cuando al fin seamos mayores.

Facilitar la familiarización con todos estos aspectos, y sobre todo, favorecer que los niños y las niñas puedan identificar aquello que sienten de forma sencilla y poniendo a su alcance materiales que les ayuden a ello está en nuestra mano; en la mano de todos aquellos maestros, profesores, padres y madres que quieran trabajar en este campo de las emociones.

                                      

Fichas de motivación.

La motivación, que procede del latín y significa estar en movimiento, es lo que nos hace caminar hacia adelante en la vida y forjar metas, ilusiones y objetivos concretos. La motivación sacude nuestro interior, nuestra curiosidad, nuestras ganas de cambio y de prosperidad, y nos conduce a la consecución de nuestro objetivo y, en consecuencia, nos hace ponernos de pie y en marcha.

Cuando la motivación nos falta, nos encontramos apáticos, sin interés por las cosas y sin ganas de movernos de nuestra zona de confort. Los adultos encontramos la motivación poniendo nuestras ilusiones en la familia, en una mejora laboral, en unas vacaciones soñadas…pero para los niños este acto puede resultar mucho más difícil puesto que aún no tienen perspectivas de futuro formadas ni objetivos definidos. Por esto es muy importante que ayudemos a los más pequeños a encontrar las ganas por hacer cosas; por estudiar y adecuar su formación a un futuro próspero y digno; a establecer metas a lograr en sus vidas…Pero, ¿cómo podemos hacerlo?

La motivación no es innata ni se adquiere necesariamente con facilidad, por ello es importante trabajar sobre este asunto de manera permanente durante el proceso de aprendizaje en el hogar y en la escuela. Por parte de padres y profesores, se recomienda establecer pautas que ayuden a interpretar el estudio como una necesidad provechosa para uno mismo, y no como una condena. Algo fundamental en este caso será que los padres eviten la manifestación de la apatía o el desasosiego que puedan experimentar ellos mismos en su entorno laboral, ya que esto puede hacer que los niños y las niñas asuman el mismo rol que sus progenitores, denostando su deber de acudir al colegio y de estudiar y relativizando, en consecuencia, todo lo que tenga que ver con el entorno escolar y educativo.

          

Fichas de valores.

Cuando nacemos, no son demasiadas las cosas que nos diferencian de otros cachorros animales, puesto que el raciocinio todavía no se encuentra desarrollado en un recién nacido. Precisamente por eso, se dice que los primeros años de infancia son los años básicos en la formación de lo que seremos para siempre como personas.

Es una frase tan bonita como certera, puesto que de los progenitores depende, en gran medida, además de otros familiares o educadores, que aprendamos cosas; que esas cosas que aprendamos sean siempre beneficiosas para el niño o no lo sean; que tengamos miras; que tengamos esperanzas; que logremos ser pacientes y tolerantes; que sepamos que es necesario compartir y respetar al prójimo…Es decir, todas esas cosas y valores que nos cimentan como personas con verdaderos valores humanos.

Y es que aunque pueda resultar algo redundante, las personas no siempre nos comportamos con humanidad y es muy importante trabajar para evitar esto en las generaciones futuras. Ese es el valor más grande e importante que podemos enseñar y dejar a nuestros seres queridos: el ser humanos.

Cuando nos imaginamos como serán nuestros hijos, tendemos a pensar en que serán alegres, amables, solidarios, generosos, creativos, responsables, pacientes, fuertes…un sinfín de cualidades que entendemos que son beneficiosas para ellos y para su desarrollo como personas, que formarán parte de una sociedad. Pero lo cierto es que esto no siempre se cumple, y cuando lo hace, no ocurre por arte de magia, sino porque la educación que hemos sembrado en ellos ha estado llena de valores positivos y hábitos. Nuestros hijos aprenden de nosotros y por eso es tan importante que les transmitamos cosas positivas fundamentadas bajo la definición de objetivos y la reflexión calmada y consensuada.

                                

Fichas de números.

Aprender a contar es uno de los actos más importantes incluidos en nuestro sistema de aprendizaje. A través de los números, los seres humanos aprendemos a relacionarnos con nuestro entorno más y menos cotidiano, a entender realidades y a establecer relaciones entre determinados elementos. Comenzamos desde muy pequeños a escuchar el sonido de los números y su visualización, y es importante hacerlo para lograr aprender los conceptos básicos que los niños necesitarán para enfrentarse al nivel de primaria, en el cual ya aparecen incluidas las matemáticas como materia imprescindible.

Desde que comienzan a pronunciar sus primeras palabras, los niños y niñas de entre dos y tres años también pronuncian números, sin embargo, esto no implica en absoluto que sepan contar y, menos aún, que sepan identificar cada cifra con su representación gráfica. Y esto es en lo que habrá que trabajar en las etapas de infantil.

Para aprender a contar, una buena fórmula es la utilización de agrupamientos y recuentos. Es decir, elegir un objeto y realizar agrupaciones del mismo: una manzana, dos manzanas, tres manzanas…y así sucesivamente, sin alcanzar enumeraciones demasiado largas y pesadas. Estas reagrupaciones pueden hacerse por colores, por formas, por tamaños…sin necesidad de ceñirse estrictamente a la enumeración, mucho más compleja y difícil de asumir para los niños. Pero son muchas más las técnicas que se pueden utilizar en este aprendizaje, como las canciones, las rimas o los juegos de mesa.

Es importante tener en cuenta que no se trata de un aprendizaje exclusivo de la escuela infantil y preescolar, y que debe realizarse también en casa y de forma lúdica para conseguir mejoras. Hay que tener presente que aunque el niño se equivoque no debemos corregirle, puesto que deben aprender a su ritmo y equivocarse no entraña ningún peligro sino una normalidad del proceso.

En el Bosque de Fantasías trabajamos para ofrecer a padres, profes y, sobre todo niños, materiales con los cuales caminar por la senda del aprendizaje de forma divertida, amena y productiva. Por ello, y en relación al aprendizaje de los números y el desarrollo de la capacidad lógico-matemática de nuestros hijos y alumnos, hemos elaborado unas fichas de números que pueden seros de mucha utilidad. Estas fichas para trabajar con números incluyen cifras, representaciones y agrupaciones de elementos. Y además, ofrecen unas imágenes tiernas y únicas con las cuales poder despertar el interés de los más peques sin que apenas se den cuenta.

¿Te animas a utilizarlas?

                                                         

Fichas de hábitos

Inculcar el desarrollo de hábitos en la infancia es fundamental para un crecimiento positivo, sano y adecuado en nuestros peques. Al igual que nos sucedió a los mayores cuando pasábamos por el camino del crecimiento, son los adultos los que tienen el deber y la obligación de orientar a los niños en el suyo, en torno a la motivación, al lenguaje, a la distinción entre el bien y el mal, a la adopción de hábitos saludables y beneficiosos para nuestra vida, en torno al respeto a nuestros mayores…A todas aquellas cosas que nos definen verdaderamente como personas y como ciudadanos de una sociedad en la que convivimos de manera forzosa con mucha más gente, y en la que tenemos unos roles que se van desarrollando con el tiempo y que debemos desempeñar como hijos, padres, trabajadores, etc.

Cuando hablamos de hábitos nos referimos a una serie de rutinas que tienden a adoptarse en pos de una serie de repercusiones y beneficios asociados a las mismas. En este sentido, podemos adoptar rutinas para conseguir tener un buen descanso diario y rendir más durante nuestra jornada de trabajo o estudio, y esto se traducirá en rutinas relacionadas con acostarse temprano o leer un cuento antes de dormir para hacerlo mucho más relajados. También podemos referirnos a rutinas relacionadas de manera más estricta con la salud, y en este sentido se tratará de rutinas como la de lavarse las manos antes de cada comida y hacer lo propio con nuestros dientes al terminar de comer. Hay otra serie de rutinas que también están relacionadas con el bienestar de nuestro cuerpo, pero que, al mismo tiempo, repercuten en nuestro ocio y nuestra necesidad de pasarlo bien. Estas rutinas probablemente estarán referidas a la necesidad de acudir a un parque y jugar al aire libre o a la de practicar algún deporte.

Pero son muchas más las rutinas que podemos establecer para nuestro día a día, relacionadas con la seguridad y la educación vial, o con la forma de relacionarnos con nuestros semejantes y con nuestro entorno natural.

El establecimiento de rutinas en el aula o en casa a través de fichas educativas ilustradas, puede ayudar a definir la importancia de conceptos como el reciclaje, la seguridad vial o el respeto mutuo en los más pequeños, ya que captarán la idea de forma inmediata al tiempo que disfrutarán llevando dichas rutinas a la práctica y ganando fichas educativas que pueden establecerse como recompensas o simplemente como ayuda explicativa.

¡Ponlas en práctica cada día!